Después de unas semanas de descanso,volvimos a las andadas.La calle Corunya fue la víctima de esta rebeldía poética.Se me acerco un Pakistani que se hospedaba en el hostal de al lado preguntándome en su idioma que era lo que hacia(supongo yo),le dije que eran poesías y al parecer por lo que reflejaba su cara no me entendió.
muy bueno tu blog, es la realidad, casi siempre los que hacen poesia están más descolocados de lo que se concidera normal, es decir seguir como pez en el agua siguiendo la corriente, será que la poesia nos convierte en una especie de salmón? aún a costas de perder la vida por navegar contracorriente? Igualmente, hay algo que nos juega siempre en contra, los culturosos han hecho de la poesia algo aburrido, algo para pocas personas, cuando en realidad quien más quien menos ha sido tentado por el embrujo de las letras.
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