miércoles, 22 de abril de 2015

Háblame

Háblame
de las flores que nacen en los jardines de la locura,
de los nudos de la garganta que asfixian a el silencio,
del aguardiente que rocía las heridas,
del animal salvaje que se deja acariciar.

Háblame
del veneno benigno de la miel de tus labios,
del pura sangre que recorre tus venas,
de los nombres que mueren en la punta de los labios mudos,
de los lobos que se esconden en la cueva de la memoria
perdida.

Háblame
de colmenas de estrellas,
de árboles milenarios,
de los latidos de tus ojos,
de los errores de las brújulas.

Háblame
del incendio del arcoíris,
de las máscaras de las palabras,
de la ecuación que no deja despejar la incógnita
del miedo,
de los soldados que custodian la verdad.

Háblame
del vuelo de pájaros borrachos,
de peces de colores,
de la resurrección de las cenizas,
de auroras boreales,

Háblame
del despertar de los volcanes,
de los caminos hacia el delirio,
del horizonte de la utopía,
de la derrota de Dios.

Háblame
de la poesía, hasta que sus brasas se apaguen,
Háblame
de la poesía, hasta que sus brasas se apaguen,
Háblame
de la poesía, hasta que sus brasas se apaguen.

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