viernes, 27 de mayo de 2016

Un muerto que finge una resurrección

Que los verbos se conjuguen en presente,
porque el pasado es cobardía y el futuro es ignorancia,
que la libertad sea un pájaro que pierde la memoria
y aún se echa a volar,

Camino descalzo por mis ruinas,
en una noche azul,
masticando tu nombre,
con paciencia, una por una cada letra,
hasta sus huesos.

Si aún queda una brasa ardiendo
hay esperanza de fuego,
si hay fuego
hay esperanza de arder,
porque la piel quemada es la verdadera piel.

No creo en dios,
pero si en Judas,
porque todos somos traidores,
no creo en la absolución
pero si en el pecado,
porque todos mordemos la manzana podrida.


Hoy quiero entregarte
mi sed después de regresar del desierto,
mis vértigos para que circulen como otra sangre
por tu cuerpo,
mis instintos no pacíficos,
para esta guerra absurda de construir un cuerpo
con mis órganos muertos.


Hoy quiero entregarte
el espejo único de la poesía,
allí donde la imagen de los dos es neutral.

Andrés Belalba

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