miércoles, 27 de julio de 2016

El perlita

Un día, en San Blas,
le regalé una franela y unos pantalones de pana
a un hombre de los tantos que iban a la pescadería de mi padre
a que le regaláramos sardinas o cabezas de pescado para una sopa.
Era un personaje entrañable, de esos que nunca encontraré en Europa,
tenía un tatuaje deforme de los Bulls de Chicago y amaba con pasión a Jordan,
Pippen y Rodman -yo sólo amaba a Rodman porque hacía lo que siempre quise hacer
y no hacía, por cobarde-.
Decía que las sardinas le producían acné para que le regalara un pescado mejor.
Nunca vi a alguien tan feliz por una franela y un pantalón.
Después de días sin verlo, regresó a pedirme pescado y una bombita (dos mil bolívares de los antiguos).Estaba todo golpeado, en su barrio al verlo subir con ropa buena le dieron una paliza y se la rompieron.

Belan

No hay comentarios:

Publicar un comentario