viernes, 23 de diciembre de 2016

Sentir

Sentir la luz renovarse,
el calor del poema,
el silencio de los altares sin dioses,
el roce de los acordes al formar una melodía,
el deseo de tus manos.

Sentir la transición de la angustia hacia el vértigo,
las palabras intentando derrumbar el muro de la garganta,
el lenguaje de la naturaleza,
el imán del vacío,
el vértigo cuando caminas por la cuerda floja de la existencia,
el miedo del pájaro cuando el humano se acerca.

Sentir como se rompen las corazas,
cómo se endurece el barro del alma con el paso del tiempo,
cómo se forma la cicatriz en la herida,
cómo crece la humedad de lo que no se puede secar,
cómo cambia el paisaje.

Sentir lo que te ofrece el atalaya,
lo que ves cuando cierras los ojos,
lo que te nombra que no lleva tu nombre,
lo que hay detrás de la niebla,
lo que esconde la calma.

Sentir la intensidad de lo que acontece,
el significado más hondo,
la mirada despegarse del suelo,
el nacimiento de una nueva pregunta después de lo definitivo.

Sentir las decisiones de tus pasos,
el instante en que te olvidas de ti mismo,
sentir como cae el velo,
como mueren los enemigos que nos inventamos,
como se destruyen los mitos,
como ceden las cadenas

Sentir
el tratado de paz
de la guerra entre
el corazón y la cabeza,
sentir
lo que no desaparece
pero se apacigua.

Belan

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