Desembocar
añadirnos y retenernos en esas aguas inevitables
ampliarnos en ese fugaz intercambio
donde somos la parte final de un recorrido
y el comienzo de otro
donde podemos ser el agua que se mantiene en la superficie, el agua que se levanta
y choca contra las rocas, el agua que se queda en su piel
o el agua que regresa con esas sustancias que se van decantando en el fondo.
Desembocar
ese humilde acto de mezclarnos y dejarnos
arrastrar por corrientes extranjeras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario