miércoles, 9 de septiembre de 2015

Dame

Dame
instantes sin tiempo,
lo no sabido,
lo que no te puedo decir,
la voz no usada.

Dame
la belleza que resiste,
la riqueza de las manos vacías
tu nombre al final de la niebla,
la ignorancia del amor.

Dame
Matemáticas inexactas,
herida sin costra,
la última lucidez,
lo que está debajo de la superficie.

Dame
la rosa prohibida del jardín,
"la luz que nunca sufre",
la semilla de tu bosque,
el tiempo verbal para conjugarte.

Dame
la mujer que no existe,
el alma de la palabra
todo lo que no tengas
la mirada humana de un animal.

Dame
la sal del sudor compartido,
el después del deseo,
lava en erupción,
la memoria de tu piel.

Dame
el último trago,
la resurrección de las cenizas,
la raíz de tus alas,
el silencio del corazón.

Dame
la caja negra del amor
auroras boreales de Reikiavik
el fuego del agua,
la explosión inicial.

Dame
la poesía verdadera
la poesía valiente
la poesía que resiste.

"la luz que nunca sufre" Pedro Salinas

Andrés Belalba







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