Amar

Amar a los que han podido salir
del tiempo oscuro y de la vida por un instante
y regresan para reivindicar el vértigo
amar creando desvíos, aunque nos lleven a calles ciegas
porque es imposible soportar tanta línea recta
amar desde la clandestinidad de la cobardía
mirando desde el silencio de lo que no está disponible en el lenguaje
que a su vez es un grito fuerte
amar como un cantante de rock que vive muy deprisa.
 
Amar como los que miran un fuego a punto de apagarse
como si fuera un hermoso incendio
amar desde el vacío que hay en el viaje entre latido y latido
desde la boca del estómago, desde el miedo en carne viva
amar siendo conscientes de todo el universo que perdemos en un abrir y cerrar de ojos
amar desde el epicentro de la primera herida
que hoy sigue viviendo en secreto arañando la cicatriz.
 
Amar como amó Lorca a Granada, Nueva York, el teatro y la poesía
y por eso los que lo odiaron lo mataron
amar como los que atrapan el brillo relámpago de lo minúsculo
como los que vienen de una noche honda con una bombilla que parpadea.
 
Amar como los que siguen avanzando
aunque el siguiente paso sea el preámbulo de la intemperie
amar como los que después de haber visto tanta mierda
aún mantienen la esperanza.